Michelangelo Buonarroti, mejor conocido en español como Miguel Ángel es quizás uno de los artistas más influyentes en la historia. Célebre por obras como La Piedad o la Bóveda de la Capilla Sixtina, éste personaje marcó la historia de la pintura, la escultura y el arte en general quizá como nadie más lo ha vuelto a hacer.
Su obra más célebre nos muestra a una persona con la mirada de un guerrero decidido y con los músculos tensos previo al momento más importante de su vida: un joven llamado David que a la postre sería rey, a punto de iniciar la batalla decisiva contra un rival que parecía infinitamente más fuerte a él.
Pero tal vez no son las grandes y famosas obras de Miguel Ángel las que más nos pueden enseñar y educar en el arte de la vida, sino los "quattro prigioni" o "los cuatro prisioneros"(también conocidos como esclavos).
Resulta que las esculturas de Miguel Ángel, como cualquier otra, no son obras producto de la casualidad o de un trabajo tomado a la ligera de unos cuantos días. Son miles de decisiones traducidas en cincelazos, en detalles, en golpes y en texturas las que nos permiten ver el resultado de la evolución de un simple bloque de piedra o mármol en una obra de arte para la posteridad.
Los cuatro prisioneros son esculturas que no llegaron a ser ésas majestuosas obras de arte que pretendían ser por su belleza o perfección por una simple y sencilla razón: nunca fueron terminadas.
El esclavo atlante, el prisionero joven, el prisionero barbudo y el esclavo despertándose parecen indicarnos sin hablar, con su sola existencia, que darían lo que fuera por poder acabar con su eterna condena de vivir prisioneros de su jaula de mármol, que no es solo jaula sino también su cuerpo.
Así tenemos que nuestra vida es nuestra obra maestra. Cada decisión que tomamos, cada sonrisa, cada día desperdiciado o aprovechado, cada misión emprendida, cada reto y cada día son cincelazos que vamos dando.
Entonces la vida es nuestro bloque de piedra.. ¿Y nuestro cincel? se preguntaran algunos... ¿cuál es nuestra herramienta de trabajo? ¿qué nos permite dar forma a aquella obra de arte o aquél nuevo esclavo que estamos construyendo? Y la respuesta es una sola: LIBERTAD.
La libertad es nuestra herramienta de trabajo, por éso cuando alguien amenaza al artista de despojarlo de su herramienta automáticamente repela y se resiste, porque sabe que sin ella su obra está condenada al olvido, o bien, a la eterna mediocridad, a la desesperación de no saber que es lo que pudo haber sido.
La libertad por tanto lo es todo, es la herramienta que permite moldear una simple roca, indistinta a cualquier otra, en lo más hermoso que podamos crear. Para el artista es preferible una obra terminada que una obra inconclusa, tanto como es preferible también una obra como él la concibió y la trabajó a como alguien más le impuso o forzó a realizarla.
El escultor sin el cincel no es escultor y la vida sin libertad no es vida.
Trabajemos cada día en esta obra de arte llamada vida, no permitamos que nadie nos imponga su voluntad en nuestro trabajo y mucho menos nos arrebate la herramienta que nos permite moldearlo.
Miguel Ángel nunca vivirá otra vez para terminar sus obras, y sus cuatro esclavos siempre serán esclavos del mármol. Nosotros tampoco viviremos otra vez, solo tenemos una roca, hoy y sólo hoy tenemos la oportunidad única de terminar lo que algún día comenzamos con nuestro primer cincelazo... con nuestro primer respiro.
"La libertad es el oxígeno del alma"
@rrvs18
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