martes, 17 de mayo de 2011

El soldado que no tenía porque luchar... (Parte III)

TERCERA PARTE DEL CUENTO !! CADA VEZ ESTÁ MÁS CERCA EL FINAL... ;)

"..... Caminando por diferentes poblados le llamo la atención como en cada ciudad veía amigos. En parejas o en grupos pequeños, o incluso en grupos grandes. Veía que la gente no se sentía sola cuando estaba rodeada por sus amigos. Reían, lloraban, se apoyaban y en general nunca existía nadie que estuviera solo gracias a sus amigos.


Así que pensó que de ahí en adelante sería “el soldado de la amistad”. Buscaría a sus amigos, que no eran pocos, y haría lo que fuera necesario por ellos. Pelearía cada día por ver a sus amigos contentos y su principal arma sería justamente ésa, la amistad sincera.

Pasado el tiempo tristemente se dio cuenta de algunas cosas: lo que al principio parecía que nunca acabaría se había vuelto monótono. La amistad se esfumaba. Las diferencias se hacían presentes y el sentimiento de que en realidad la amistad de parte de sus amigos a veces solo estaba en los momentos alegres pero no cuando más lo necesitaba lo comenzó a agobiar. Además sus amigos tenían novias y esposas y no siempre estaban disponibles para tener una amena charla o dar un buen consejo.

“La amistad es la más hermosa de mis causas hasta ahora porque es pura y noble – pensaba el soldado de la amistad – pero no me basta. No siempre es infinita y además; aunque ellos así lo quisieran, no pueden estar siempre para mí, como yo no puedo estar siempre para ellos.“

Y una vez más, algo desmotivado, el soldado de la amistad se convirtió en el “soldado que no tenía porque luchar”. Tendría que buscar una nueva razón para pelear y ser un buen soldado.
               
Se dio cuenta de que la vida no está hecha para vivirse solo, que si él existía era gracias al amor que sus padres se tuvieron, que la naturaleza del hombre era siempre estar en pareja: hombre y mujer, y que parecía ser algo hermoso. En su mente, si es que encontraba el amor verdadero, su vida y su lucha tendría sentido ya que ésa era la misión del gran soldado y su corazón en éste mundo.

Fue así como el “soldado que no tenía porque luchar” adoptó un nuevo nombre. Ahora sería, y estaba casi seguro de que ahora si sería definitivo, “el soldado del amor”. Su nueva lucha sería tan noble que sería prácticamente imposible decepcionarse de su nueva causa.

Fue así como se enamoró de una bella doncella, las mañanas eran siempre apacibles, las tardes inolvidables y las noches parecían ser magia pura. El soldado era también poeta y verano para su princesa, y ella para él era su reina y su única mujer, su eterno romance, su consentida, su primavera y agua de río del cual el soldado bebería.

El soldado vivía feliz, porque, a pesar de que ahora era el “soldado del amor” sus antiguas causas seguían formando parte de su vida. Su patria, el dinero y el trabajo, la amistad y el amor eran parte muy importante de su vida.

Parecía que al fin su vida estaba llena y tenía sentido.

Pero el tiempo pasó y se dio cuenta de que a pesar de todo, a pesar de que parecía tenerlo todo, algo en su interior se sentía vacío. Sabía que todo, por perfecto que pudiera parecer, algún día terminaría; su patria seguiría siendo gobernada por tiranos, el dinero se esfumaría, sus amigos se mudarían o bien morirían y, aunque el amor por su doncella fuera interminable, sin duda algún día terminarían por separarse ya quenada es eterno. Y pensaba que debía haber algo más en ésta vida que realmente satisficiera sus ganas de ser un soldado generoso, valiente, sacrificado y alegre toda su vida.

Fue así como dejando todo atrás, despidiéndose de su dinero y su trabajo, de sus amistades, de su patria y de su amor, salió una vez más por una causa justa la cual pelear. El soldado necesitaba algo que le robara el corazón para siempre. No por un momento, no por unos años, no por toda la vida, sino realmente para siempre......"


CONTINUARÁ....
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